El cazador furtivo

20 febrero 2009

Conviene, en primer lugar, conocerle. Y, para conocerle, nada mejor que escucharle allí donde él se encuentra más cómodo:

En este vídeo, el cazador furtivo se desgañita contra la España negra: ¿la de los cazadores furtivos o la de los señoritos que cazan gratis?

Lanza proclamas a favor de la libertad de información: ¿para informar de cuánto le regalan en cacerías o para detallar cuánto costó a los contribuyentes el arreglo de su pisito?

Después defiende la eutanasia al grito de «¡viva la vida!»: ¿la vida de quién?

Tampoco es tan raro. Si a alguien que sólo es ministro -y además de Justicia- se «le pasa» que hay que tener licencia de caza para cazar, ¿por qué no va a confundir la vida con la muerte, o la información con la manipulación?

Al cazador furtivo le han dedicado muchas imágenes los últimos días.

Ésta es de agosto pasado: 250_0_portadabermejo

 

 

  La imagen muestra una paradoja. Lo lógico es que fuera un cazador de ley, puesto que es ministro de Justicia. Pues no: es cazador furtivo.

 

 

 

 

Hay otra imagen, de esta semana, también paradógica:

bermejo-senado

Lo lógico es pensar que si el hombre que da la espalda al cazador furtivo quiere mostrar que no le apoya, ya hubiéramos sabido que le destituirá. Pues no: Zapatero le mantiene.

¿Por qué le mantiene?

El maestro Martín Morales, en Abc, lo ha explicado esta semana en dos viñetas:

bermejo-martin-morales1

mmorales-15-febrero1

No puede estar más claro. ¿verdad?

Sólo queda esperar que el compañero de montería del cazador furtivo se recupere cuanto antes de su reciente ataque de ansiedad.

¿Será verdad que se enfadó muchísimo cuando un periodista le preguntó por quién ha estado pagando sus aficiones cinegéticas compartidas con el ministro? ¿Tanto como para que la ira deviniera en ansiedad?

¡Después de los buenos ratos que ambos pasaron juntos planeando qué trampas tender, qué piezas abatir y qué trofeos celebrar, sería una lástima que la fiesta se les quedara ahora a medias por un pequeño problema de ansiedad!


Auto… de fe

13 febrero 2009

el martirio de san andrésGarzón ha publicado un auto. Parece un auto… de fe. Hay que creer que él tiene datos, que él sabe, que él investiga, pero que no lo cuenta porque no quiere dañar la investigación. Por eso sólo insinúa, por eso sólo deja entrever que tiene a tiro a sus culpables y que les dará el tiro de gracia cuando convenga… a la jugada.

Hay que creer en Garzón, hay que tener fe. Pero, ¿y si en vez de ser un auto… de fe fuera un auto de fe? Sí, un Auto de Fe, un auténtico Auto de Fe, con su Inquisidor General, su Procurador Fiscal, su Notario de Secuestros, su  Notario del Secreto, su Alguacil, su Escribano General… Luego podemos imaginar quién hace de qué en este Auto de Fe de nuestros días y podemos adivinar quiénes estuvieron juntos en la caza del venado cuando ya habían puesto en marcha la caza del hombre.

Eso sí, menos mal que Zapatero nos aclaró ayer que los del PP exageran. ¿En comparación con qué, señor presidente? ¿Quizá en comparación con ese Martirio de San Andrés que tiene usted delante pero no admira, posiblemente porque prefiere mirar  la cara del admirado periodista amigo?