Zapatero tiene demostrada querencia a las cunetas. Dedicó su primera legislatura a levantar cunetas, a reabrir heridas de convivencia, a enfrentar a unos españoles con otros. Tan ocupado estaba en esa agenda suya de ganar con efectos retroactivos la guerra de su abuelo que se olvidó de gobernar. No le importó nada ver cómo España pasaba de tener un endeudamiento con el exterior del 3% a otro de más del 10%, que ahora se vuelve insoportable para la economía española. Él estaba a sus cunetas.
Y ahora, cuando la crisis significa para España el doble de paro que la media europea, más desempleo que cualquier país comparable (y no comparable) de la Unión Europea, de la OCDE, del mundo en fin, él vuelve a su querencia por las cunetas. Eso sí, para decirnos que nadie quedará en la cuneta.
Señor presidente, ¿dónde ha dejado usted entonces?:
–a los 3,3 millones de parados que (pese a los maquillajes estadísticos) hay ya en España; ojo, sin maquillaje son 3,7 millones.
–al millón de parados que no reciben ningún subsidio de desempleo
–a las 830.000 familias que tienen a todos sus miembros en el paro
–a los 7.000 personas que cada día pasan a engrosar las filas del desempleo
–a los 400.0000 jóvenes menores de 25 años que están en paro.
¿Dónde ha dejado todas estas personas, si no es en la cuneta?
Posiblemente las ha dejado, como en esta viñeta que circula por Internet, al fresco:
Aunque quizá esta tarde, en el Congreso de los diputados, nos explique otra cosa
José Blanco, número dos del PSOE, ha anunciado un «vendaval» que -según su pronóstico- se llevará por delante al Partido Popular. El señor Blanco no se refiere, evidentemente, al vendaval que debería llevarse por delante al señor Touriño por su afición al gasto desmedido con dinero de los contribuyentes. Tampoco se refiere, obviamente, al vendaval que deberían provocar las malas excusas del señor Touriño cuando los periodistas le piden alguna mínima explicación por su afición al lujo.
Aunque el «vendaval» de Touriño no cotiza, merece la pena ser escuchado con un poco de atención:
Es obvio que el «vendaval» de Blanco sólo busca «llevarse por delante al Partido Popular». De lo que no va, por ejemplo, es de descarados casos de corrupción socialista como éste:
Uno es ministro, y dice que al Gobierno se le está agotando la paciencia con los bancos. Suena a amenaza, y a él se le conocen muchos otros episodios de amenazas (¿recuerdan su campaña fotográfica para la alcaldía de Madrid?; ¿recuerdan sus planes «de la servilleta» para el BBVA?; ¿recuerdan lo que insinuó sobre él el ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores?… Hay cosas que son difíciles de olvidar)
El otro no es ministro, pero manda más que la mayor parte de los ministros (juntos y sumados). Y el que no es ministro dice que la paciencia del Gobierno con los bancos es ilimitada.
Lo mejor sería tomárnos a broma al primero, o al segundo. Pero las amenazas de uno y de otro no suelen tener la más mínima gracia. Se lo aseguro.
No como la que tuvo ayer Raúl Castro, evocando sus juveniles viajes a Moscú.
No. Una cita que reclame que el mismo Muro de la vergüenza que fue derribado hace 20 años en Berlín se desplome de una vez en La Habana y deje abierta la puerta de la LIBERTAD PARA LOS CUBANOS.
Una de las muchas ventajas de internet es que todo se puede ver cuando se puede ver. Por ejemplo, no conviene perderse las preguntas -y la falta de respuesta– de Zapatero en RTVE el lunes por la noche.
Otra de las muchas ventajas de internet es que siempre hay alguien que se molesta en recopilar lo que se dijo antes para compararlo con lo que se dice ahora. Por ejemplo, hay dos blogueros (a quienes no tengo el honor de conocer) que se han tomado esa molestia para medir las falsedades de Zapatero.
Barack ya es el presidente Obama. Podemos verlo y leerlo . Incluso podemos verlo en español.
Y después de verlo y leerlo: en inglés, en español, o como se quiera, hay algunas cosas que quedan claras. Dice “nación” siete veces, y no porque esté hablando de siete (ni de diecisiete) naciones estadounidenses, sino porque resulta que no es antiamericano. Defiende el patriotismo un par de veces y la libertad cinco; invoca a Dios también cinco veces y otra más a las sagradas Escrituras; dice que su país está en guerra contra el terrorismo…
Eso sí, aquí nos han contado que es socialdemócrata. A ver si los socialistas de por aquí se empapan de todas esas virtudes “socialdemócratas”.
La Universidad CEU Cardenal Herrera Oria ha concedido hoy el doctorado honoris causa a José María Aznar, presidente del Gobierno entre 1996 y 2004 (es decir, en aquellos años en los que el paro pasó del 22% al 10,5%). Aznar propone recuperar la esperanza en el futuro y reemprender el camino del éxito.
Bueno, pues ahora no es que haya crisis. Es que el Gobierno socialista anuncia la peor recesión que haya conocido España y su ministro de Economía declara que no tiene “margen” para intentar que ésta dure menos y sea menos grave para los españoles.
El problema no es que ellos hayan agotado el margen para hacer frente a la crisis de nuestra economía. El problema es que a los españoles ya no les queda margen al contemplar el abismo de su desvergüenza.
No conozco a nadie del Partido Popular, ni a nadie que simpatice un poco (aunque sea muy, muy poco) con el PP que no quiera, admire y respete a María San Gil. Ni a nadie que no la admire, la respete y la quiera muchísimo. Quizá ustedes sí conozcan a ese alguien. Si es así, díganle que se equivoca.
Yo, como ustedes, también la respeto, la quiero y la admiro. Por eso, me alegré muchísimo cuando supe que colaborará con FAES, aunque sólo sea de forma ocasional. Se estrenó ayer lunes, en Chile, en un acto con el presidente Aznar.
Por cierto, si alguno de ustedes no lo sabe, el jueves 15 es el cumpleaños de María. Cumple exactamente un año más que hace un año. ¡Felicidades, María!