El Barajal de Zapatero pone el ventilador

12 enero 2009
Sabíamos de su ineptitud, de su ineficacia, de su incompetencia. Ha demostrado de forma sobrada y fehaciente su desparpajo para poner el ventilador intentando, con cualquier artimaña, culpar a otros de su impericia.
Está acreditado su desprecio por la información veraz (posiblemente porque le gusta tan poco la información como la verdad). No ofrece sombra de duda su incapacidad para hacer frente a cualquier crisis (posiblemente porque su gran habilidad es llevar el caos ante cualquier mínima crisis).
Lo que algunos aún no sabían es que lo que más desprecia es a las personas. Eso lo han padecido las miles de personas tratadas pero que si fueran ganado durante este fin de semana por las autoridades del Ministerio de Fomento en el aeropuerto internacional de Madrid-Barajas.
Pero, ¡todos tranquilos! Ya ha puesto el ventilador, ya busca a quien destituir, ya ha encontrado la explicación a la tercermundista imagen que ha ofrecido el Barajal de Zapatero este fin de semana. La culpa la tiene Esperanza Aguirre.

¡Pues claro! ¿Cómo no habíamos caído? La explicación es tan impoluta como la gestión de la acusadora: como el objetivo es culpar a Iberia (porque la idea es exculpar a AENA), como Iberia tiene accionistas, como Caja Madrid es accionista de Iberia, como Caja Madrid opera en Madrid, como en Madrid la presidenta se llama Esperanza Aguirre… Está clarísimo: quien ha maltratado a los miles de pasajeros enjaulados en el Barajal de Zapatero no puede ser otra que Aguirre. ¡Cómo no habíamos caído!

En su tierra, antes de que su presidente autonómico lograra pasaportarla hacia Madrid, le llamaban “Mandatela” (posiblemente porque es de esos que el poder se demuestra mandoneando mucho). Pero a ella no le gusta que le llamen “Maleni” (posiblemente, porque Maleni es nombre de tango…)

 

 

 

 

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